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Sergio y Salvador Vizcaíno, con su explotación de mil ovejas en Castilléjar. Ramón L. Pérez
«Las ovejas se han comido nuestros ahorros y estamos en la cuerda floja»

«Las ovejas se han comido nuestros ahorros y estamos en la cuerda floja»

Testimonios ·

Un ganadero de Castilléjar que sufrió los confinamientos de ganado y dos de Benamaurel que tuvieron que sacrificar sus rebaños relatan su desesperación mientras aguardan las ayudas

Mercedes Navarrete

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Viernes, 17 de marzo 2023

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Uno de los trescientos ganaderos desesperados es Salvador Vizcaíno, que dirige una explotación de mil ovejas en Castilléjar junto a su hermano Sergio. En su caso soportaron 74 días de encierro, sin poder sacar a los animales a pastar al campo, 74 jornadas de pesadilla en las que el rebaño se comió 600 euros diarios en pienso, alfalfa, grano, forrajes y pulpa de naranja. Las ayudas que recibirán no llegarán a compensar la factura de todos los gastos, pero igualmente las esperan como agua de mayo para obtener liquidez. De las pérdidas económicas acumuladas tardarán dos o tres años en recuperarse pero necesitan coger oxígeno cuanto antes.

«Toda la comida que habíamos comprado para el invierno la gastamos en los días en los que no nos dejaron pastar y ahora nos vemos obligados a seguir echándoles de comer porque con esta falta de lluvia los campos están secos, en el campo no hay nada. Las ovejas se están comiendo nuestros ahorros y estamos desesperados, necesitamos esas ayudas ya porque estamos ya en la cuerda floja», resume el ganadero, que ve su futuro lleno de incertidumbre.

El ganadero Pedro Ruiz, de Benamaurel, lleva parado desde octubre, cuando sacrificaron su rebaño y todavía no puede volver a echar ovejas. Ramón L. Pérez

Y más que incertidumbre, miedo a volver a empezar, es lo que tienen los trece ganaderos que se vieron obligados a sacrificar sus rebaños. El plazo de seis meses de precaución ya ha pasado en algunos casos, pero ninguno ha comprado de nuevo el ganado. «Nosotros como estamos en Benamaurel todavía no podemos echar ovejas, primero tendrán que decirnos cómo hacerlo, habrá que empezar con unas pocas ovejas centinela, pero aún no tenemos ni idea de cómo se hará y como están saliendo tantos casos por Albacete estamos paralizados por el miedo», explica Pedro Ruiz, que asistió desolado al sacrificio de sus 950 ovejas.

Antonio Galera Tello sigue con su explotación vacía tras el sacrificio de sus ovejas en la zona cero de Benamaurel. Ramón L. Pérez

Detrás de las suyas cayeron las 321 de su vecino Antonio Galera Tello que pasa los días desesperado, sembrando en el campo cereales para cuando vuelva a tener ovejas. «A mi se está haciendo largo esto, estoy desolado por la pérdida y desesperado. Me han ingresado la indemnización por sacrificio pero la factura de la retirada de los cadáveres ha sido cinco mil euros y yo todavía no me lo han pagado y estoy preocupado», asegura.

Ni compartiendo su desgracia se consuelan. «Estamos sin poder trabajar, sin ingresos y viviendo de los ahorros, lo que estamos pasando no se lo deseo a nadie», concluye Antonio.

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