Trabajos que se realizan en estos momentos en la explotación ganadera de Rafael Azor. RAMÓN L. PÉREZ
Crisis ganadera

Balada triste por la viruela ovina en Baza

El desalentador testimonio de un ganadero que ha visto sacrificado su ganado en Caniles, lo que le llevó a despedirse de sus ovejas en su muro de Facebook

José Utrera

Domingo, 9 de octubre 2022

El ganadero Rafael Azor Ángulo no olvidará jamás la fecha del 30 de septiembre de 2022. En su memoria queda para siempre que es el ... día en el que le sacrificaron todo su ganado, 210 ovejas y 40 borregos de menos de un mes. Pese a que los análisis realizados a sus animales eran negativos, los servicios sanitarios de la Junta de Andalucia decidieron que había que sacrificar a todos los animales de la explotación como medida de prevención por los brotes de viruela ovino y caprino.

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Rafael Azor relata que en el mes de mayo se le murieron varias decenas de animales. «Creo que fue porque les puse de comer una cebaba en mal estado, fermentada. En 15 ó 20 días se murieron. Llamé al veterinario y el pronóstico no fue determinante, así que vacuné a los animales contra 'la pastelera', otra enfermedad que suelen padecer. Los animales sanaron, las ovejas parieron y en agosto vendí los corderos más bonicos que ná».

El ganadero manifiesta que si en aquel entonces le hubieran sacrificado el ganado, lo habría visto justificado. Pero ahora, cuando está sano y los análisis que le han realizado han salido negativos, no lo ve tan claro. Pero a la misma vez es consciente de que hay que hacer todo lo posible para erradicar los focos de la viruela del ovino y caprino detectados en la comarca de Baza, con un primer y segundo foco en Benamaurel y un tercero en Cúllar.

Además de perder todo su ganado, Rafael lleva varios días limpiando su explotación junto a otras dos personas y diversa maquinaria. Han tenido que hacer una zanja profunda donde han enterrado todo el estiércol y la cama sobre la que estaban las ovejas, y echarle al menos un metro de tierra encima. El pastor tiene que cubrirlo con plásticos y toda la explotación tiene que ser desinfectada dos veces por una empresa especializada, unos gastos que le han dicho que le van a pagar.

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«Si pagan pronto volveré, pero va ser muy difícil si las administraciones no nos ayudan»

Este ganadero de Baza, pero con su ganadería en el cortijo Las Canteras en el término municipal de Caniles, está dispuesto a volver a empezar otra vez a sus 53 años. Aunque necesita ayuda, al igual que el resto de ganaderos que se han visto sorprendidos por esta enfermedad que solo afecta al ganado ovino y caprino. «Si las administraciones no nos ayuda, estamos perdidos. En mi ganadería me aportaba el 50% de mis ingresos porque también tengo almendros, pero con el dinero de la indemnización por cabeza de ganado no es suficiente».

Hay un baremo establecido a nivel nacional que indemniza con 43,41 euros por las ovejas de edad superior a los tres meses e inferior a los 12. Para las ovejas de entre 12 y 60 meses es de 80,39 euros. Si son mayores de 60 meses, es de 45 euros.

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Hay diferencia entre el ovino de carne y el ovino de leche, pero los ganaderos creen que la indemnización es insuficiente ya que reponer los animales les va a costar entre 120 y 130 euros o más. Las indemnizaciones las pagan el Gobierno central y la Junta de Andalucia al 50% cada uno.

«Aunque no tengo ganas y estoy tocado anímicamente, en cuanto me paguen la indemnización tendré que comenzar de nuevo. No se trata solo de comprar ovejas, tardaré dos o tres años para que mi nuevo ganado esté al nivel de calidad del que tenía». «A lo sumo si pagan pronto quizás pueda comenzar con la mitad del ganado que tenía, pero va ser muy difícil si las administraciones no nos ayudan, porque mientras se ponen en producción hay que seguir pagando el seguro autónomo y comer».

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Rafael añade que «desde la Oficina Comarcal Agraria nos están dando muchas esperanzas y se están portando muy bien, pero luego está la burocracia. Veremos si pagan y cuanto tardan». También, solicita una ayuda adicional para los afectados.

El día del sacrificio de su ganado, Rafael se fue de su ganadería. No podía soportar ver lo que iba a suceder. El día anterior grabó un vídeo despidiéndose de sus animales y lo publicó en su muro de Facebook. Rafael reconoce que tanto él como su familia, habituados a ver todos los días el ganado en la puerta del cortijo Las Canteras, lo están pasando mal, «incluida mi abuela de 95 años». «Somos cuatro generaciones con ganado que ahora ha sido sacrificado», suena el estribillo de esta balada tan triste de la viruela ovina en Baza.

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