La Virgen de la Cabeza de Huéscar estrena coro
Más de un millar de personas participan en Huéscar en la tradicional romería de la Virgen de la Cabeza, que se celebra cada año coincidiendo con el 15 de agosto, en las inmediaciones de su ermita, situada en la falda de la sierra de Marmolance, a unos 8 km de la población. Como novedad este año, la hermandad ha presentado su propio coro rociero 'The Virgin Head'. Esta nueva agrupación músico-vocal es una apuesta a la innovación folclórica en Huéscar.
JOSÉ UTRERA
Lunes, 19 de agosto 2013, 12:00
La devoción mariana como advocación a la Virgen de la Cabeza está muy arraigada en Huéscar y su comarca, como en muchos pueblos de Andalucía. Tiene su origen en Andújar (Jaén). Concretamente en el cerro del Cabezo, donde se produjo una documentada aparición mariana al pastor Juan Alonso de Rivas la madrugada del 12 de agosto del año 1227. En nuestra comarca se festeja esta Virgen en Castril, Galera, Orce y Huéscar, teniendo constancia escrita de la construcción de la ermita de Orce hacia el año 1650. Cuenta una leyenda de la tradición oral oscense, trasmitida de padres a hijos durante varios siglos, que en la cumbre de la sierra de Marmolance se apareció la Virgen a un pastor, curándole una mano que tenía paralizada desde su nacimiento. Lo que ya no es leyenda es que en ese supuesto lugar del alto Marmolance se encuentra los restos de la antigua ermita de la Virgen de la Cabeza de Huéscar, junto a un pequeño nacimiento de agua. A finales del siglo XVII el gremio de labradores construye la ermita actual en las faldas de esta sierra. Según el historiador local Gonzalo Pulido, el hermano mayor pidió permiso al Ayuntamiento oscense para cortar 400 pinos blancos para afrontar la obra, según un acta del cabildo del 18 de abril de 1698. En Huéscar los festejos en honor a la Virgen de la Cabeza tenían una cierto aire militar parecido a las fiestas de moros y cristianos. Se procesionaba la imagen acompañada de la llamada 'soldadesca' y un nutrido grupo de pastores y agricultores que iban disparando sus arcabuces y trabucos entre ?vivas a la Virgen? y tragos de vino o aguardiente. En 1758 el alcalde de Huéscar, Gregorio de Salvador, prohibió este desfile de arcabuceros debido a un grave accidente con la pólvora ocurrido el año anterior. Esta tradición de las armas de fuego desaparece definitivamente sobre 1920 con la muerte de un vecino por un disparo. Lo que sí se conserva hasta nuestros días en la romería es la invitación a unos vasos de cuerva (sangría) acompañado de frutos secos, para las personas que suben a la ermita. La romería en Huéscar, de siempre, ha sido la virgen de la Cabeza hasta hace unos 30 años que tomó gran auge la de las patronas Alodía y Nunilón. La Virgen de la Cabeza debido a las fechas estivales de su celebración está tomando de nuevo gran importancia en la comarca, gracias a una impecable labor de los miembros de su hermandad. Los 8 km. que separan las ermita de Huéscar es una paseo ideal, se llega en algo más de una hora, los romeros acompañan las imágenes de la Virgen y el Cristo de los Milagros, entre rezos, cánticos y alguna que otro copa de mistela o licor café, acompañadas de dulces locales. El paraje de la ermita, al pie de los riscos de Marmolance, lo conforma una rambla con abundante arboleda, repoblada hace unos años, por donde discurre una acequia con un agua fría y cristalina que viene de las 'cuevas del agua', manantial de la Sagra. La ermita tiene un encanto especial. Llama la atención la alquería de los soportales, nos recuerda a construcciones mejicanas de siglos pasado, que vemos en el cine. La sencillez y recogimiento de esta capilla serrana, está envuelta por un aro místico que a ningún visitante deja indiferente. A escasos metros brota una pequeña fuentecilla con una calidad de agua extraordinaria.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión