Los veterinarios alertan sobre el peligro de la procesionaria

Según explica Centro Veterinario Norte, este año, debido a las temperaturas más altas de lo habitual para esta época del año, la oruga procesionaria ya ha bajado de los pinos. «En solo dos días ya hemos tenido varios casos y se ven orugas por el suelo». Hay que evitar ir con nuestras mascotas a lugares donde haya pinos porque hay muchas y para ellos son muy llamativas. Con que solo se acerquen para olisquearlas les lanzan sus espinas con un tóxico muy irritante que hace que la cara y la lengua sufran una reacción muy dolorosa. Incluso con el tratamiento adecuado, es inevitable que se pierda una parte de la lengua. Algunos perros las cogen, con lo que todo es mucho peor. Como primera medida lo que hay que hacer es lavarles la boca con agua, mejor si es caliente, pero sin frotar, ya que favoreceremos que las espinas se claven más. Es importante acudir con rapidez al veterinario.

Pero sobre todo no ir con ellos a lugares con pinos, ya que aunque nosotros no las veamos, ellos sí las ven y les llaman mucho la atención. Alertan desde este centro veterinario bastetano.

Los veterinarios advierten de que, desde ahora y hasta julio, estas orugas desarrollan un sistema de defensa que libera sustancias tóxicas muy peligrosas sobre todo en animales domésticos. En febrero es el mes más peligroso de la procesionaria del pino, que afecta especialmente a perros y gatos.

Si un perro entra en contacto con las orugas el animal presentará una salivación excesiva, se frotará la cara, la lengua se hinchará y, si no se establece rápidamente el tratamiento, puede producirse una necrosis de la parte afectada que acabe incluso en la pérdida de la parte del cuerpo afectada. La ingesta de esta oruga puede ocasionar la muerte del animal.