Un vecino de Baza coloca una valla publicitaria para exigir la exclusión de sus tierras de una megaplanta solar

Desde la última semana de septiembre este vecino de Baza invierte 300 euros mensuales en esta acción reivindicativa. «Mi intención es seguir indefinidamente, seis meses o un año, hasta que consiga mi objetivo», indica a IDEAL. Entre las exigencias de este propietario hay algunas que se antojan imposibles de conseguir, como es la nulidad de la Declaración de Utilidad Pública del Proyecto, lo que entre otras cuestiones evitaría que las tierras cuyos propietarios no estén de acuerdo con el proyecto y estén incluidas en el mismo sean expropiadas. «También exijo que cumpla la promesa realizada a los propietarios de poder salirse del proyecto si así lo deseaban y que el Ayuntamiento de Baza, modifique el PGOU y articule los mecanismos legales para que los nuevos proyectos de renovables previstos en la comarca se controlen de manera ordenada».

Según Blanque, es mentira que la empresa promotora acordara pagar más dinero por el alquiler de las tierras. «La subida es la que corresponde al IPC anual», asevera.

Este propietario, que anuncia nuevas iniciativas reivindicativas, ha solicitado las ayudas para jóvenes agricultores y, si se queda sin tierras, no podrá recibirlas. Su idea es plantar olivos y almendros, pues dice que tiene agua para sacar adelante su proyecto como agricultor.

Las tierras, en el centro

La empresa promotora del proyecto fotovoltaico Ququima discrepa de las reivindicaciones de Blanque y refiere que ya se dejaron fuera del proyecto 16 hectáreas de su propiedad, junto a su cortijo. La compañía asegura que no se va a producir ninguna expropiación de sus tierras, puesto que existe un contrato de alquiler firmado por su padre y su abuela. Y tampoco es posible sacar las 50 hectáreas improductivas del proyecto porque estas tierras se encuentran en el centro del mismo. Otros propietarios sí han logrado quedarse fuera porque sus tierras están en los laterales.

Tras las gestiones de los ayuntamientos de Baza y Caniles, se logró reducir el tamaño del proyecto a 395 hectáreas de las 504 previstas en un principio. La planta estará distribuida en cuatro recintos independientes, cada uno con su propio vallado, con una longitud total de 20,7 km.