Baza recibirá a Cascamorras con 3.200 litros de pintura ecológica

  Por primera vez se han instalado duchas portátiles ubicadas en la estación de autobuses. El dispositivo especial de seguridad y limpieza estará formado por una treintena de empleados municipales y voluntarios.  Baza recibirá hoy sábado al Cascamorras con 3.200 litros de pintura ecológica negra con la que miles de personas intentarán pintarle antes de su llegada al templo de la Virgen de la Piedad, en donde se guarda la imagen de la Piedad patrona de la ciudad bastetana. 

JOSÉ UTRERA

Sábado, 6 de septiembre 2014, 09:39

 Cada seis de septiembre a las seis de la tarde la historia toma cuerpo en Baza con Cascamorras y el regreso de Juan Pedernal, a quién no le pesan sus más de 500 años para bajar desde las Arrodeas hasta el templo de la Merced.  Este año, el accitano Antonio Vera, encarnará a ese albañil de Guadix que descubrió la imagen de la Virgen de la Piedad e intentó sin éxito llevársela a la vecina ciudad de la que era oriundo. Antonio, no es un novato en la fiesta y tampoco lo es como Cascasmorras, ya que la de este año será su sexta carrera vistiendo el traje multicolor y portando la bandera con tantas cintas como promesas de devotos de la Virgen de la Piedad. A pesar de su experiencia, en Baza se sabe ya que este año volverá a su Guadix natal con las manos vacías y pintado de negro.   La impaciencia se adueña de cada bastetano el día seis y el entusiasmo va creciendo minuto a minuto, hasta llegar a las seis de la tarde, cuando los cohetes marcan el inicio de la tradición y los corredores tienen ya permiso para dejar su huella en la vestimenta blanca de Cascamorras. En ese momento y durante cerca de dos horas, la ciudad se transforma y se convierte en marea negra que corre, se agacha para dejar pasar la bandera sobre su cabeza, grita con miles de gargantas pero una sola voz y se pierde la individualidad personal para unirse a la fuerza colectiva capaz de conservar lo más querido, que en Baza es su Patrona, que ajena a todo descansa en la Merced.    Correr y pintar a Cascamorras no es un acto, es una manifestación colectiva de un sentimiento, el de amor a una tierra en la que enraízan acontecimientos centenarios y únicos que forjan el carácter de un pueblo.   

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