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Como futbolista y trabajador siempre he respetado y me han respetado como extranjero»

Como futbolista y trabajador siempre he respetado y me han respetado como extranjero»

Dejó su equipo de la Segunda División de Brasil para iniciar una aventura futbolística en España, no pasó de la Tercera y aprovechó la oportunidad para aprender el oficio de albañilJosé Odaic Patricio Junior (Dayco) jugaba en el equipo de fútbol América de la Segunda División de Brasil. Al final del campeonato en el año 1989 un representante le dio un billete de avión con destino a España. Lo llevaron a varios equipos donde por desconfianza con el intermediario de jugadores, que ya tenía una acreditada mala fama, no le dejaron ni entrenar. Recuerda la picaresca que había por aquel entonces: su representante reclutó cómo pudo a un grupo de jugadores, brasileños en su mayoría, y utilizando el nombre de un afamado club carioca jugaron 20 partidos amistosos en un mes, entre ellos contra rivales como el Málaga y el Betis.

JOSÉ UTRERA

Viernes, 23 de agosto 2013, 12:00

Al final lo colocaron en el Iliturgi de Andújar, cuando Dayco, que era su nombre futbolístico, vio las instalaciones creía que había fichado por un equipo de Segunda División, pero en realidad lo hizo por un equipo de Regional Preferente. Aquella temporada el Iliturgi logró el ascenso a Tercera. Su representante sacó 500.000 pesetas de comisión. A la siguiente temporada, en el año 1990 Dayco fichó por el Huéscar, que entonces jugada en Regional Preferente; y después por el CD Baza, donde jugó cuatro temporadas y donde ganaba 100.000 pesetas al mes más el piso. En Baza, Dayco tomó una decisión muy importante: aceptar el trabajo de albañil que le ofreció el entonces presidente del equipo bastetano, Antonio Molina. Trabajo que le permitió ganar otras 100.000 pesetas al mes. En aquellos años ganar 1.200 euros era un buen sueldo. «Pero los más importante fue que aprendí un oficio, de la mano de gente como Antonio Roda y Pepe Checa, gracias a eso, cuando dejé el fútbol he podido ganarme la vida con esfuerzo pero honradamente».José Odaic Patricio Junior jugó en varios equipos más, hasta que terminó su carrera futbolística en el Cúllar.Dayco, dice que lo tuvo claro: se retiró del fútbol con 34 años para dedicarse exclusivamente a cuidar a su familia, su mujer Ángeles y su hijo Oscar, que son su vida, lo demás es secundario. Su ilusión es que su hijo estudie como lo hizo su mujer. «Yo elegí el fútbol porque no me gustaba estudiar y no sé hasta dónde hubiera llegado futbolísticamente si me hubiera quedado en Brasil».El exfutbolista es un hombre de valores, la familia y la amistad. Aunque reconoce que se ha llevado algunas decepciones con gente que creía amigos. No soporta la mentira, ni las medias verdades, prefiere obtener un no como respuesta a que le prometan algo que después no se cumple. Reconoce que alguna vez ha conocido a las personas inadecuadas, por eso ahora elige a sus amistades, es más precavido.Dayco se comunica a diario con su familia gracias a Internet y la webcam. En Brasil viven sus padres y sus hermanos. Solo ha regresado una vez a su país, lo hizo con su mujer antes de que naciera su hijo. «Ahora la situación no es la más propicia y, además, ya no tengo la nacionalidad brasileña, tuve que renunciar a ella tres años después de tener la nacionalidad española, que la conseguí hace nueve años».Vive centrado en su familia y en trabajar. Como la construcción ha mandado mucha gente al paro, también ha trabajado como jornalero del campo, recogiendo aceituna y almendra. «Las empresas constructoras han desaparecido y las pocas que hay se tienen que buscar la vida dónde sea, yo he estado trabajando en la provincia de Málaga y dentro de unos días vamos a trabajar en un pueblo del Cinturón de Granada, hay que salir fuera, es lo que toca».José Odaic Patricio Junior asegura que nunca, ni antes como jugador ni ahora como un trabajador más, ha tenido un problema y siempre se ha mostrado respetuoso para que le puedan respetar. «Nunca me ha faltado de nada, tienes que ser sincero y mostrarte como eres. También tengo la ventaja de ser extranjero blanco, porque a mi modo de ver hay diferencia si eres extranjero y tu piel no es blanca. A las personas de color negro las miran de otra manera y las tratan de otra manera, lo tengo muy claro», asevera.Este vecino de Huéscar, de origen brasileño y ahora español a todos los efectos, dice que en su interior tiene sentimientos y recuerdos de su familia y de Brasil, pero a la misma vez sabe que su vida está y estará en España, aunque él prefiere decir Andalucía.No comprende cómo los políticos no se ponen de acuerdo para buscar soluciones a la grave crisis económica y de valores que hay en España. Y no oculta la decepción que tiene con quien le prometió ayudarle y ahora se esconde cada vez que se lo encuentra por la calle. Se refiere a un político local. Aunque uno de sus amigos es también un político local, José Luis Triguero, el concejal de Deportes, que siempre le ha ayudado.

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