Dos fotógrafos de naturaleza descubren y catalogan una nueva laguna esteparia en Baza

Al contrario que en el humedal del Baico en esta ocasión, la laguna de pequeño tamaño, no está siendo drenada por el hombre y se regenera cada año con gran vitalidad                                                                                             Fotos de José Angel Rodriguez y Agustin Orduña José Ángel Rodriguez y Agustín Orduña descubren y catalogan nuevas lagunas salinas en la Hoya de Baza, similares al Humedal del Baico pero con una gran diferencia. Las lagunas de pequeño tamaño, aunque alguna con 2, 5 metros de profundidad, no se les extrae el agua de forma artificial, como se está haciendo en todo el conjunto lagunar del llamado Humedal del Baíco, lo que ha permitido a estos dos fotógrafos de naturaleza y miembros de la Asociación Proyecto Sierra de Baza conocer su dinámica natural y evolución a lo largo del año. Agustín Orduña y Jose Ángel Rodriguez dicen estar sorprendidos  por la vitalidad de estos lugares  que incluso en años muy secos, como ha sido el invierno 2011 y el invierno-primavera de 2012, se han seguido formando lagunas salinas de forma natural, con acumulación de hasta 2,50 metros de altura en el agua en la etapa húmeda o de inundación.

JOSÉ UTRERA

Miércoles, 26 de septiembre 2012, 11:21

En una de estas lagunas los fotógrafos han  llevado a cabo un intenso y riguroso trabajo de catalogación y documentación fotográfica de todas las especies de vertebrados presentes en el lugar. ?Para nuestra sorpresa, la ¬¬¬vida que hemos podido catalogar en este  hasta ahora en una lista que sigue abierta, era inimaginable hace poco tiempo e incluye a especies muy interesantes como el Alcaraván común (Burhinus oedicnemus) ?Señalan.Pero también han catalogado  la Carraca europea (Coracias garrulus), el Alcaudón real meridional (Lanius excubitor meridionalis), la Ganga ortega (Pterocles orientalis), o el Sisón  (Tetrax tetrax), a éste último  han  podido fotografiarlo en un grupo de 6 ejemplares, incluyendo algunos juveniles fruto de los nacimientos del año y que  evidencia que está criando en la zona, ?lo que son datos totalmente excepcionales para nuestra comarca, donde se consideraba extinguida localmente esta especie. Como somera conclusión, indicar que nos hemos visto sorprendidos ante las singularidades, vida y vitalidad de estos lugares, que bien pueden merecer su urgente protección y puesta en valor?. Comentan.   Pequeña laguna Jose Ángel Rodriguez y Agustín Orduña no han revelado de momento el lugar exacto de la localización de estas lagunas esteparias y señalan que la  extensión de la laguna que han  estado estudiando en los últimos meses, tiene una extensión muy pequeña con respecto al  Humedal del Baíco, la Laguna Chica, de modo que si el llamado Humedal del Baíco, la Laguna Chica, tiene una extensión total aproximada de unas 10 has, unos 100.000 m2, la laguna que han estudiado ellos es notoriamente más pequeña, con una extensión total de unos 5.000 m2, el equivalente a una vigésima parte del primero. No obstante se estima que las características naturales del suelo, la similitud en la salinidad que presenta sus aguas y la dinámica natural de presencia-ausencia de agua en el lugar (su ciclo hidrogeológico) son extrapolables, también la fauna presente, aunque exponenciando los resultados obtenidos de esta pequeña laguna.   Tanto Agustín Orduña como Jose Ángel Rodriguez fueron los que gracias a las fotos espectaculares fotos que realizaron de un grupo de flamencos los que dieron notoriedad en la primavera del 2012 a un humedal que había permanecido oculto durante décadas.También realizaron un detenido  estudio y catalogaron más de 60 especies distintas. Fue entonces cuando gracia a un testimonio de un titular de un coto cinegético de la zona descubrieron las lagunas que ahora han catalogado.?Como se trata de una laguna de pequeño tamaño cualquier visita ?y más si es en un número significativo- va a molestar de un modo muy especial a la fauna que allí se localiza, aunque sí queremos dejar constancia de nuestro agradecimiento a los propietarios de los terrenos, por las facilidades que nos dado para llevar a cabo nuestros trabajos de campo, y del compromiso que han adquirido de suprimir la caza en el entorno de esta laguna?. Manifiestan Agustín y José Ángel. Meses de investigación  Los primeros trabajos en esta laguna los comenzaron a principios del verano del pasado año 2011, momento en que la lámina de agua que se acumulaba en la laguna estaba en retroceso, pudiendo comprobar la presencia de aves acuáticas como la Polla de agua y el Ánade real, los que nos dio la impresión de que habían nidificado en el entorno de la laguna y particularmente se constató la presencia de la Garza real (Ardea cinerea), de la que se pudo documentar fotográficamente la depredación de esta especie sobre ejemplares adultos de Galápago leproso, los que consumía el ave íntegramente, incluido su durísimo caparazón, una conducta de la que no se tenía referencia algunas en la literatura científica y que ha sido documentada por Jose Ángel Rodriguez y Agustín Orduña  por primera vez en este lugar. Los  primeros trabajos en el lugar tuvieron fueron en diciembre de 2011, consistentes en el acondicionamiento de una pequeña isleta artificial en su parte central y la colocación de pasaderos, con los que se intentaba favorecer la toma de imágenes de las aves que visitaran el lugar. Cuando se preparo la zona para hacer las fotografías la laguna estaba completamente seca, sin el mínimo vestigio de la presencia de agua. En los meses primeros meses de este año,  el volumen de agua fue  tal,  que alcanzó una altura estimada en torno a los 2,5 metros, anegando bajo ella la isleta que habían acondicionado unos meses atrás.En las primeras visitas a la laguna y su entorno, se pudo comprobar cómo la vegetación natural del entorno de la laguna, la que había llegado a labrarse en los meses previos, se había recuperado de un modo espectacular, pero las aves no visitaban el lugar, cuyas aguas parecían carecer de vida, sin la presencia de plantas acuáticas ni invertebrados, muchos menos de otros vertebrados. Pero un mes más tarde, el lugar comenzó a cambiar de un modo ostensible, apareciendo plantas acuáticas como ranúnculos de agua (Ranunculus aquatilis), las aves comenzaron a establecerse en el lugar en un número y variedad impensable poca semanas antes: bandadas de Ánades reales de más de 50 ejemplares o Garcetas comunes fueron las primeras aves que comenzaron a visitar la laguna en busca de alimento en ella. ? Eran precisamente las Garcetas comunes (Egretta garzetta), las que se mostraban más activas cazadoras en el interior de la laguna, manteniéndose estáticas en alguno de los posaderos que en el invierno anterior habíamos acondicionado en la laguna, para lanzar un rápido y certero arponado con el pico, sacando con un notable porcentaje de éxito una presa que para sorpresa e incredulidad nuestra nos deba la impresión de que eran peces, lo que nos tenía perplejos, al tiempo que sorprendidos, pues este lugar había estado completamente seco unos meses antes y conocido es que los peces en nuestras latitudes no pueden vivir sin agua.? Sapo de espuelas Agustín Orduña y Jose Ángel Rodriguez al repasar detenidamente las imágenes tomadas a las garcetas depredando sobre estos animales, descubrieron con la ayuda de Eduardo Escoriza miembro de la Asociación Herpetológica Granadina, que lo que cazaban las garcetas eran renacuajos. Pero renacuajos de una especie de anfibio que era desconocida hasta entonces por estos dos fotógrafos, ni tampoco había  sido citada  en la zona como  tratándose de renacuajos de Sapo de espuelas (Pelobates cultripes),  una especie incluidas en el Anexo IV de la Directiva Hábitats 92/43/CEE, cuyos renacuajos adquieren un aspecto parecido a un pez, por el gran tamaño que alcanzan y que puede llegar hasta los 15 cms. de longitud, por lo que son los renacuajos más grandes de todos los anuros de la península. Su aspecto y forma, también puede confundirse con un pequeño pez y más cuando el contacto visual no es preciso. La presencia del Sapo de espuelas, estaba además íntimamente relacionada con las características de ausencia-presencia de agua en la laguna estacional que centraba el estudio, tratándose de la especie de anfibio que mejor soporta este tipo de oscilaciones, de modo que el desarrollo de su metamorfosis (el paso de renacuajo a sapo) es muy rápida y espectacular, estando este sapo adaptado a vivir en lugares que quedan con una total ausencia de agua, para lo que excava con unas uñas que tiene muy desarrolladas en las 2 patas posteriores, las llamadas espuelas, una galería en la que va penetrando de adelante hacia atrás hasta quedar completamente enterrado, pudiendo alcanzar la galería más de un metro de profundidad, permaneciendo en estado latente durante meses, hasta que regrese el agua al lugar y entonces despierta para entregarse a una frenética procreación y perpetuación de la especie en el lugar. La presencia del Sapo de espuelas en los territorios esteparios de la Hoya de Baza, ha sido toda una sorpresa, pues es una especie que se consideraba ausente en todo el Sureste peninsular. ?Una vez identificado que se trataba de este anfibio, el Sapo de espuelas, nuestro siguiente reto fue localizar ejemplares vivos, en su medio natural, que pudiéramos fotografiar, confirmando y documentando su presencia, lo que así se hizo el pasado  5 de julio de 2012, cuando logramos fotografiar distintos ejemplares de renacuajos de Sapo de espuelas, en diferentes fases de su metamorfosis y que nos permiten comprobar cómo estos renacuajos tienen un aspecto y características muy distintos a los conocidos en nuestra zona, los llamados popularmente cabezones?. Concluyen estos dos fotógrafos de la naturaleza.  

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