Miles de personas inundan las calles y plazas de Baza, entorno a las cruces con barra y realizan visitas a las cruces sin barra, que cada vez son menos y menos tradicionales. Este año se está echando de menos las cruces que realizaban los vecinos del Barrio de Santiago y algunas otras como la del Caño Valero.
Publicidad
Desde el pasado viernes, Baza es una fiesta de día y de noche, un hervidero de personas de todas las edades, recorriendo las cruces. Las que más éxito tienen son las de las cofradías y hermandades, pues tienen una base de público fiel a todas horas. Al mediodía ofrecen platos típicos como migas, arroz o el importado, plato alpujarreño. Pero la variedad es muy amplia y son muchas las familias, amigos o visitantes que estos días salen a comer y cenar a las cruces que ofrecen esta posibilidad y que son muchas.
La alegría y la diversión es la tónica dominante y así será hasta la tarde del domingo. El viernes hubo dos interferencias en modo de tormentas, pero la fiesta continua.
Pese a que hay una amplia normativa y se exige que todas las cruces tengan motivos tradicionales, cada vez son más las que no utilizan ni una sola flor, pero se esmeran en instalar unas cruces aceptables y hasta notables. Pero también hay quien le pone mucha cara, al asunto y pasa de la tradición impunemente, un año sí y otro también, y le siguen autorizando que instale la cruz bajo mínimos.
Incisos aparte, la fiesta de las cruces en Baza sigue siendo la atracción de vecinos y visitantes y una importante generación de riqueza durante tres días.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.