Los agricultores bastetanos trasladan a la subdelegada del gobierno su desesperación por 15 años de robos constantes

Los agricultores bastetanos han querido trasladar de primera mano el problema de inseguridad que aqueja al campo bastetano a la máxima responsable de los Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la provincia de Granada, incluido el jefe de la Comisaría de Policía de Baza, Antonio Mirallas. Inmaculada López Calahorro ha podido escuchar la situación desesperada que viven los agricultores de Baza por los robos incesantes que asolan los cortijos agrícolas bastetanos.

En una reunión mantenida ayer martes con López Calahorro y responsables policiales de la provincia los agricultores entregaron las más de 650 firmas que han recogido y que respaldan las quejas hechas públicas a diferentes instancias a causa de esta situación que se viene produciendo de forma reiterada hace más de tres lustros. Al encuentro ha asistido asimismo el Secretario General de la organización agraria ASAJA, Manuel del Pino, acompañando a los agricultores afectados.

La Subdelegada del Gobierno en Granada se ha comprometido con los agricultores afectados a intensificar la vigilancia en los caminos rurales del municipio bastetano así como a mantener controles de forma regular en zonas especialmente sensibles a este tipo de delitos.

«La reunión se ha mantenido en muy buen tono, esperamos que no quede sólo en palabras» ha manifestado a la conclusión de la misma Antonio Muñoz, uno de los agricultores asistentes.

López Calahorro ha asegurado además que ya tenía constancia de que los afectados habían trasladado sus quejas al Defensor del Pueblo Andaluz y Español.

En todas las comunicaciones que los agricultores están realizando con instancias públicas les hacen saber que la naturaleza de los asaltos a sus fincas ha convertido esta situación en un callejón sin salida del que son las únicas víctimas.

Se lamentan de que «factores como la multirreincidencia no están ayudando a la detención de los delincuentes si bien si les propicia a estos un escenario muy favorable para repetir sus hazañas, las mismas viviendas rurales que una vez tras otra vuelven a asaltar con total impunidad conociendo perfectamente formas de acceso y contenido que pueden sustraer de las mismas».