La Junta suelta una nueva pareja de quebrantahuesos en el Parque Natural de la Sierra de Castril

Los técnicos de la Asociación Gypaetus, utilizan una técnica de reintroducción denominada hacking que aprovecha el instinto filopátrico de la especie para conseguir que el ejemplar liberado asimile el área de suelta como su lugar de nacimiento y, por tanto, regrese a ella para asentarse y reproducirse; de ahí la importancia de la suelta de hoy y de las anteriores en el Parque Natural Sierra de Castril. Destaca Inmaculada Oria, la delegada de Medio Ambiente, quien ha incidido en la importancia de ésta y otras sueltas anteriores en el Parque Natural de la Sierra de Castril para consolidar el mantenimiento de un animal fundamental en el ecosistema, que quedó extinguido en nuestra comunidad en los años ochenta.

Como en todas las sueltas, se han programado una serie de actividades paralelas, en este caso dirigidas a los alumnos del Colegio Público de Castril, Nuestra Sª del Rosario, en las que participarán entorno a los 100 alumnos han podido disfrutar de charlas y videos sobre el quebrantahuesos, en el Centro de Visitantes de Castril, junto con talleres de cometas con el fin de unir a la población juvenil con la suelta de los pollos de quebrantahuesos, haciendo que sientan a esta ave como propia, y ayuden en la difusión de su conservación. Parte de las actividades se han realizado en la Plaza Hernando de Zafra y en el Centro de Visitantes del PN de Castril, los alumnos han podido disfrutar con la visualización de los pollos de quebrantahuesos que se han reintroducir y han decidió entre todos el nombre de la hembra, el macho bautizado como Caracol, en alusión al presidente de la asociación de ganaderos de Castril.

El Quebrantahuesos es una especie incluida en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas en la categoría de En peligro de Extinción. Es una de las especies incluidas en el Plan de Recuperación y Conservación de Aves Necrófogas aprobado por Acuerdo del Consejo de Gobierno de 18 de enero de 2011.

Las aves necrófagas, también llamadas carroñeras, cumplen un papel primordial en el funcionamiento de las cadenas tróficas. Ayudan a acelerar el proceso de retorno de nutrientes y energía al sistema, al tiempo que contribuyen a reducir el riesgo de epizootias, participando en el control natural de los riesgos epidemiológicos de una gran variedad de especies (silvestres, cinegéticas o ganaderas), susceptibles al contagio de enfermedades por exposición a cadáveres de otros animales, especialmente de grandes mamíferos. El mantenimiento de esta función resulta, pues, imprescindible para el adecuado funcionamiento de los ecosistemas.